Pues ya sé que hay tropecientas mil versiones de Caperucita roja, pero quería volver a hacer la mía, ya que tenía una escrita, pero la perdí hace poco. Espero que a pesar de la falta de originalidad os guste esta entrada. Por cierto, ésta mujer es la Belucci... Érase que se era, una vez, una mujer vestida de rojo, que se perdía de vez en cuando en los bosques de camino a casa de su abuelita. Con su capita de terciopelo y sus preciosos zapatos de tacón, roja toda la indumentaria, para no perder la costumbre, salía de casa inventada de cuento. Llevaba en su cestita un par de manzanas, rojas, ambas, con las que jugaba a ser la niña que todos buscaban. Abuelita, abuelita, canturreaba en su mete, haciendo inventario del jarabe, la miel, las manzanas y todo el contenido de su cestita. Se cubría de lazos y sedas, con sueños de encaje para vestir sus labios de carmín. Ay , boca desgastada por la falta de besos legítimos, que envolvían sus canciones mientras encontraba el camin...
Un abrazo para ti y tu chica desde Qart-Hadast amiga mia,y recuerda, ''Que la diosa Tanit guie vuestras lujuriosas vidas''
ResponderEliminarJajaja, me encanta el anterior comentario :)
ResponderEliminarUn beso para ti tambien Jou Towerfat.
Yo no quiero manzanas! Yo quiero el arbol que las genera, que no se me ocurre sitio mejor para echar raices que a su lado :D