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Porque ellos heredarán mi reino

Ellos y no otros. Hoy me ha dado por echarle un vistazo a varios pasajes bíblicos en busca de las razones por las que la iglesia ha decidido que los homosexuales no heredarán su reino. Que vale, estaría muy bien heredar el piso de mis padres, que ni siquiera es totalmente de ellos, mide 50 metros y está para reformar. No voy a soñar con un reino entero a repartir con el resto de habitantes del planeta Tierra. ¿Y cómo es eso de que Dios va a dejarnos herencia? ¿Cuándo, el día de su propio juicio final? No me convence. Pero aún así, y como la vivienda está cara, me he puesto a investigar. No os voy a contar nada nuevo, todos sabemos que el catolicismo condena respirar por la boca cuando se supone que se debe respirar por donde ellos dicen. Da igual que estés constipado, Dios lo condena. Y me recuerdo a mí misma, preguntándole al cura, mientras me confesaba con 7 años, que por qué tenía que ir al infierno por pegarle a mi hermano, si él me había metido antes el dedo en el ojo. "Pu...

Lesbianas en público

Un día se lo decía a mi mujer: me voy a hacer un collage con las caras de todas las personas que nos miran mal cuando te beso. Nadie miraría raro a  Darth   Vader  en medio de la calle  dando  sablazos láser a diestro o siniestro (Al menos en  Camden   Town  no parece molestarle a nadie y hasta le dan dinero al tipo). Tampoco parece una mala idea poner a un tipo disfrazado de gordo con ropa roja y barba a repartir caramelos a los niños, "Acércate, hijo, vé con  este  Papá Noel a que te dé uno" dicen los padres. Y mira que eso de aceptar dulces de  desconocidos  no está bien. O eso me decían a mí de pequeña. Pero ¿dos mujeres de la mano o abrazándose en la calle? Eso es obra de  Satán . Nosotras lo sabemos, que según los  señores y señoras  que nos miran, arderemos en el infierno. Junto con todos los cantantes de mis bandas preferidas. Mejor bien acompañada que con un coro de ángeles coñazo que huelen a fresa....

Caperucita y el lobo.

Pues ya sé que hay tropecientas mil versiones de Caperucita roja, pero quería volver a hacer la mía, ya que tenía una escrita, pero la perdí hace poco. Espero que a pesar de la falta de originalidad os guste esta entrada. Por cierto, ésta mujer es la Belucci... Érase que se era, una vez, una mujer vestida de rojo, que se perdía de vez en cuando en los bosques de camino a casa de su abuelita. Con su capita de terciopelo y sus preciosos zapatos de tacón, roja toda la indumentaria, para no perder la costumbre, salía de casa inventada de cuento. Llevaba en su cestita un par de manzanas, rojas, ambas, con las que jugaba a ser la niña que todos buscaban. Abuelita, abuelita, canturreaba en su mete, haciendo inventario del jarabe, la miel, las manzanas y todo el contenido de su cestita. Se cubría de lazos y sedas, con sueños de encaje para vestir sus labios de carmín. Ay ,  boca desgastada por la falta de besos legítimos, que envolvían sus canciones mientras encontraba el camin...