C.llega al trabajo tras semanas de insufribles campañas y horas extras. No tiene demasiadas motivaciones, de hecho siempre está quejándose del bajo sueldo y de la explotación. Pero hoy llega más animada, hoy está realmente con ganas de pisar la sala de personal. Dejará allí su chaqueta, hará volar su ondulada melena por encima del esa camiseta que ha elegido con tanto cuidado. Por que por fin, C. va a invitar a su compañera J. a tomar un café. Muy bien, ya tiene decididas las palabras. Será directo, claro, sin rodeos, pero sin mostrar demasiado interés, tan solo como se supone que las amigas se invitan a tomar café. Va de frente, saliendo de la sala de empleados, ya sin la chaqueta, y la mira y sonríe y...como ella está mirando hacia la puerta, ella decide esperar. "Quizás no sea el momento", se dice con impaciencia. Mejor esperar a que que J. le haga el típico comentario de "estás muy guapa hoy...". Aunque claro, después de verla resoplar por tercera vez y mirar a...