Ir al contenido principal

¿Es contagioso?



El otro día salí con una pareja de amigos heterosexuales. Me he levando hoy y estoy muy preocupada...¿se me habrá contagiado la heterosexualidad? Lo cierto es que tengo muchos amigos hetero, aunque intento no salir mucho con ellos. Pero con el tiempo es inevitable que de vez en cuándo te inviten a cumpleaños, bodas o inclusive a ver una película en el cine. Mi problema no es sentarme a tomar café con una pareja hetero o comer con ellos. Mi problema es que me vean con ellos en público. O si nos ponemos trágicos, que se me pegue algo. 

Como iba diciendo, mis amigos cenaban conmigo en un restaurante del centro. A ratos se miraban y se daban un beso. A veces hasta comentaban cosas sobre sus pequeñas disputas domésticas. Me gustó verlos bien y sentir lo mucho que se querían. Los admiro mucho, les ha costado mucho sacar adelante su relación. Los padres de ella no estaban de acuerdo en que saliera con él por el tipo de persona que es. Amigos, compañeros de trabajo y familiares les han hecho la vida imposible por su relación. Era bonito ver cómo se daban la mano por debajo de la mesa y me contaban cómo lo consiguieron. En un momento se les acercó el típico vendedor de rosas y se sintieron mal por no comprarle una, imagino, porque estaba yo delante. Salir con parejas es extraño, pero hay personas que son inseparables. Lo cierto es que me hablaban atentamente y yo a ellos. Había una calidez hermosa recorriendo la mesa y estaban pendientes de si necesitaba algo, me escuchaban, me preguntaba sobre mi vida y demás.

Me fui a casa contenta, tuve una buena velada. De camino me encontré a un amigo que me preguntó con quién había estado. Le respondí y le comenté que lo había pasado bien y él hizo un gesto de desaprobación. Le pregunté que qué le sucedía y simplemente se encogió de hombros y me dijo: "bueno, ya sabes... no es bueno salir con una pareja de heterosexuales. Van a pensar que formáis un trío. Y lo peor de todo...te van a confundir con una de ellos". Me citó varios estudios poco congruentes acerca de que la heterosexualidad se contagia. Nunca he creído éstas cosas ¿cómo puede ser que de pasar un rato con amigos hetero me vuelva yo hetero? Mi amigo estaba realmente convencido. Le dediqué mi más sincera sonrisa y le di las buenas noches. de camino a casa hice la prueba. Me cruzaba con mujeres y las miraba, pensando si me seguía sintiendo atraída por ellas. Miré a algún chico de camino, saliendo del metro...no no no. Todo estaba bien.

Pero de verdad que ésta mañana me levanté teniendo un sueño del que me siento hasta avergonzada ¿será que los estudios incongruentes no mienten? ¿Tendría razón mi amigo? NO WAY. Bueno, he salido a comprar el pan y el chico que despacha me ha parecido atractivo. He llamado a mis amigos y les he pedido que nos veamos en un tiempo. He entrado en la red de redes y me he encontrado con varios privados de mis círculos gay más cercanos ¿cómo puede ser que piensen que estoy cruzándome de acera?

Bien, pensemos con la cabeza encima de los hombros, que es donde tiene que estar. Corramos un estúpido velo. Démosle la vuelta a la tortilla. Si os parece que la situación es absurda ¿cómo puede ser que una amiga se aleje de una pareja de chicas por si se le pega algo? La historia cobra otros tintes cuando os cuento que en realidad una amiga ha dejado de hablarme, entre otras cosas por el mismo motivo. Una pareja, de chicos, de chicas, de peces de colores y gatos, qué más da, lo único que puede contagiar cuando es una relación sana es amor. Es ternura. Se contagian las ganas de estar bien con alguien. Es la vida dándonos un pellizco en el estómago si estamos solos y anhelamos una pareja. Es, como mucho una envidia y un deseo de tenerlo todo en la vida. Rompamos las ridículas cadenas que nos separan de la felicidad y seamos valientes para tener los amigos que queremos tener.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El lenguaje femenino

C.llega al trabajo tras semanas de insufribles campañas y horas extras. No tiene demasiadas motivaciones, de hecho siempre está quejándose del bajo sueldo y de la explotación. Pero hoy llega más animada, hoy está realmente con ganas de pisar la sala de personal. Dejará allí su chaqueta, hará volar su ondulada melena por encima del esa camiseta que ha elegido con tanto cuidado. Por que por fin, C. va a invitar a su compañera J. a tomar un café. Muy bien, ya tiene decididas las palabras. Será directo, claro, sin rodeos, pero sin mostrar demasiado interés, tan solo como se supone que las amigas se invitan a tomar café. Va de frente, saliendo de la sala de empleados, ya sin la chaqueta, y la mira y sonríe y...como ella está mirando hacia la puerta, ella decide esperar. "Quizás no sea el momento", se dice con impaciencia. Mejor esperar a que que J. le haga el típico comentario de "estás muy guapa hoy...". Aunque claro, después de verla resoplar por tercera vez y mirar a...

Porque ellos heredarán mi reino

Ellos y no otros. Hoy me ha dado por echarle un vistazo a varios pasajes bíblicos en busca de las razones por las que la iglesia ha decidido que los homosexuales no heredarán su reino. Que vale, estaría muy bien heredar el piso de mis padres, que ni siquiera es totalmente de ellos, mide 50 metros y está para reformar. No voy a soñar con un reino entero a repartir con el resto de habitantes del planeta Tierra. ¿Y cómo es eso de que Dios va a dejarnos herencia? ¿Cuándo, el día de su propio juicio final? No me convence. Pero aún así, y como la vivienda está cara, me he puesto a investigar. No os voy a contar nada nuevo, todos sabemos que el catolicismo condena respirar por la boca cuando se supone que se debe respirar por donde ellos dicen. Da igual que estés constipado, Dios lo condena. Y me recuerdo a mí misma, preguntándole al cura, mientras me confesaba con 7 años, que por qué tenía que ir al infierno por pegarle a mi hermano, si él me había metido antes el dedo en el ojo. "Pu...

Orgullosos

Todos hemos tenido emociones eonctradas con el día del orgullo gay. Hace unos años, cuando se aprobó la unión de parejas del mismo género en España sentí que el país estaba dando un paso de gigante hacia delante. Nunca fui fan del orgullo, creo que mucha gente tenía en la cabeza cabalgatas de plumas y cuero. El momento en el que me declaraba abiertamente bisexual y era como decir ser heterosexual con un porcentaje oculto que "ya se me pasaría cuando encontrara al hombre correcto". Cuando dije que estaba con una mujer, que era mi pareja y que la cosa iba en serio... amigos y familia se echaron las manos a la cabeza con miedo. Vinieron años de rechazo, de sentir el vacío de personas que supuestamente me querían y un largo y tortuoso etcétera. Cuando la unión civil entre parejas del mismo sexo se aprobó, yo me alegré y guardé el recorte de prensa, inclusive aunque el tema ni siquera rozara a mi fantástica vida heterosexual. Estuve en el orgullo en Madrid hace unos...